donde estoy.

Recorrí la cuidad completa. No tenía ni sueño ni cansancio, solo me sentía atraído por los seres que deambulaban por sobre mí. Iban y venían. Otros se establecían en las esquinas y casetas de la parada de máquinas. En una esquina uno de los seres me acarició la cabeza, y otro más grande que él le arrebató con una palmada que no lo hiciera. Me dí cuenta que estaba solo y que me habían abandonado, sólo tenía que buscar en algún lugar un pequeño espacio para dormir. Mientras deambulaba me gritaban "vete de aquí pequeño pudiente, mamá tiene sábanas acolchadas". Tenían la mirada de espanto con la realidad y otros se veían felices. A algunos les daba igual vivir o no... comieron lo que encontraron y se echaron a la suerte por la vida. Quizás ésta era la realidad que nunca acepté, algo sujetó mis ojos no dejando ver la vida fácil que llevé. Yo nunca conocí la verdadera vida, papá y mamá me daban de comer y yo no vi mas allá. Aquellos superiores eran malos, fueron ellos los que no me dejaron ver. Tenían la rutina en los ojos, lo pude ver. Predecía salidas, llegadas, desconocidos, e incluso la campana al mediodía, pero nunca vi mi muerte comenzar. Ahora estoy solo en la gran cuidad acompañado de mala vida, engaños y llantos de otras almas sin razón. Soy el nuevo miembro de la gran nación de la entretención de los "superiores", aquellos seres que deambulan por estas mismas calles y se creen felices, siendo que están mayormente esclavizados a su rutina de responsabilidad . Lamentablemente la balanza de la vida es así y hoy me siento feliz de haber nacido en este cuerpo: cuatro patas y una cola que me acompañarán a todas partes, y no un cerebro que razona y destruye a la vida. que vergüenza.