10 de octubre de 2007

crecí.

El dueño del local nos mandó a llamar, era evidente que lo que habíamos hecho se habría sabido por todos lados en un abrir y cerrar de ojos. Mi mamá miraba desde la puerta con esas típicas caras de señora gruñona como diciendome "Espera a que lleguemos a la casa, la paliza que te daré no te la quitará nadie". Mi hermano entró conmigo, y el asistente cerró la puerta. Nos sentamos. Después de un momento pude asimilar que lo que habíamos hecho estubo mal. Me sentí arrepentido de haber dado tan idiota idea a mi hermano de poner harina cruda en los viaductos de aire acondicionado del restaurante. Por los primeros 30 minutos fué entretenido, no podía parar de reírme, pero apenas nos encontraron "in fraganti", nos llevaron a cada uno de las orejas. Desde aquel día, desde aquel sentimiento de culpa, no ha sido nada igual hasta el día de hoy. Presiento que yo no soy el mismo de antes, cuando jugábamos a la escondida hasta que nos dieran las 11 de la noche en el pasaje, me extraña. No era de esos que lo pensaban dos veces antes de ir. Perdí la magia, no me interesa. La radio suena, se expresa por mí: " Hace algún tiempo todo era perfecto, nada me hacía enojar, todo para mi era gozar. Fueron pasando los años y algo nos hizo daño, crecimos sin darnos cuenta que al juguete se le acabo la cuerda... " Lo que más me duele ahora, es que aún no comprendo que pasó. Y no me interesa.

1 comentario:

::Vita:: dijo...

Qué triste. Yo aún me estoy negando a crecer, aunque supongo que algunos aspectos también he perdido un poco de la magia...

Añoro ese tiempo en donde era capaz de cerrar los ojos y creerme mi personaje de rol de AD&D y escribir poemas y cuentos bellos...
Supongo que la vida se encarga de ayudarnos a cambiar algunas "magias" por otras...

Besitos!
Vita